Métodos para la limpieza de pinturas al óleo

Método 1: Una brocha suave y seca.

La manera más simple de limpiar tu pintura es simplemente pasándole, ligeramente, una brocha suave y seca. Asegúrate de que no haya pintura o humedad en la brocha antes de que toques con ella tu arte. Sacude suavemente el polvo y la suciedad que se han acumulado sobre la obra. Asegúrate de que la brocha que uses esté tenga cerdas suaves.

Método 2: Saliva.

Si, así como lo lees. Algunos museos e historiadores usan saliva para limpiar pinturas. La saliva tiene una estructura diferente a la del agua y es menos propensa a dañar las obras de arte pues no reacciona ni disuelve los elementos. Si planeas usar este método, el asunto no se trata simplemente de escupir sobre la pieza. En lugar de esto, humedece un hisopo con saliva y pásalo suavemente por la superficie de la pintura.

Notas sobre este método:

  1. No comas ni bebas nada (solo agua) durante al menos 30 minutos antes de emplear este método. ¡Los alimentos y bebidas podrían modificar tu química interna y afectar las posibilidades de que tu saliva dañe la obra!
  2. Prueba el método en una esquina de la pieza antes de aplicarlo al resto. Podrás ver el efecto y determinar si está ayudando o dañando a tu pintura en específico. Este sería un buen momento de determinar si quieres invertir tiempo en este método: puede tomar muchísimo tiempo y deberás hacerlo cuidadosa y completamente.
  3. Usa un material suave, como hisopos de algodón, para aplicar la saliva. Elementos más rústicos, como trapos, pueden resultar abrasivos y rayar la obra. Las esponjas podrían también absorber parte de los aceites naturales y químicos de la pintura.


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